El pensamiento critico proviene del verbo latino pensare, que ejerce como sinónimo de “pensar”, y el verbo griego krienin, que puede traducirse como “decidir” o “separar”, siendo vocablos que muestran el origen etimológico del término que pasaremos a analizar de manera significativa.
El pensamiento crítico es el proceso donde puedo analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos, especialmente de las afirmaciones que me va mostrando la sociedad y me permite aceptarlas de manera positiva teniendo en cuenta el contexto de la vida cotidiana.
Luego de analizar todo para a evaluar a través de la observación, la experiencia, el razonamiento y el método científico, esto además exige tener mayor claridad, precisión evidencias y equidad.
El pensamiento critico permite identificar la manera de pensar y de hacer las cosas, teniendo como eje principal la toma de decisiones intentando dejar de lado los prejuicios y las suposiciones sesgando esto y permitiendo mejorar las formas y perspectivas de ver las cosas y así ayudar a la construcción de un mundo globalizado.
El pensamiento critico se desarrolla a través de unos estándares, estableciendo relaciones entre el conocimiento, el razonamiento y la explicación de un problema, teniendo en cuenta el contexto y las diversas situaciones y acciones de acuerdo a lo construido. Todo este proceso permite crear conceptos nuevos y posibilitar un pensamiento amplio, efectivo y eficaz.
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